Hoy en día, vivimos a un ritmo muy acelerado, donde el tiempo parece “pasar volando” y las horas del día no son suficientes para nuestras múltiples responsabilidades.
La sociedad impone más y más exigencias, y muchas veces nos acogemos a ellas sin cuestionar. Sin embargo, es importante detenerse a analizar…
¿Cómo obra el macramé en nosotros? ¿Cómo es que nos genera tanto bienestar?
En un mundo donde todo parece ser para ayer, el macramé ofrece un contrapunto importante. Esta actividad manual, que requiere concentración y creatividad, nos brinda un espacio para desconectar del estrés cotidiano.
Tejer macramé implica un proceso metódico de anudar y tejer, lo cual tiene efectos terapéuticos conocidos como la reducción del estrés y la ansiedad. Nos permite concentrarnos en una tarea concreta, dejando a un lado las distracciones tecnológicas y las demandas constantes.
Es una oportunidad para reconectar con nosotros mismos, para respirar, para observar cómo gestionamos los retos que presenta el tejido. Además, crear algo con nuestras propias manos nos proporciona una sensación de logro y satisfacción, algo que a menudo falta en nuestras vidas hiperconectadas y aceleradas.
El macramé no solo es una actividad creativa, sino también una forma de meditación activa, donde el proceso de crear va más allá del producto final. Es un momento para explorar nuestra creatividad, para expresarnos y para simplemente estar presentes en el momento.
Así que, mientras el mundo sigue su ritmo frenético, el macramé nos invita a desacelerar, a tomar un respiro y a disfrutar de los beneficios que ofrece esta antigua técnica de anudado.
Aprende macrame con nuestros sencillos tutoriales
Macramé como terapia para lidiar con el estrés del día a día
Como individuos y por un acto que pudiera ser hasta inconsciente, buscamos algo alterno que nos permita un respiro… Necesitamos una actividad que nos permita así sea unos instantes de parada, para recordar que estamos vivos, que nos permita sentir parte de la vida, que nos permita palpar cosas, experimentar sensaciones que generen paz.
Necesitamos de esa actividad que nos hace sentir bien y que finalmente nos impulsa a seguir creyendo en nosotros mismos, y en que podemos con esa cotidianidad a veces rutinaria o aburrida.
Es por eso que buscamos actividades alternativas para hacer, o algún deporte, o reunirnos con amigos a tomar un vino o tomar esos minutos para el cigarro. Obviamente hay actividades más beneficiosas que otras.
Para mí esa actividad perfecta que trae bienestar y un placer sin igual existe y se llama Macramé, y le aseguro que no estoy siendo romántica al defenderla a capa y espada. Yo quiero contarte de todos sus beneficios.
¿Qué es lo primero que buscamos al intentar actividades diferentes a nuestra rutina? ¡Relajarnos! ¡Alegrarnos! ¡Estar placenteros! Sin embargo, todo esto tiene razones fisiológicas y neurológicas.
¿Cómo funciona la relajación?
Hay estudios donde se describe que la relajación es producto de la repetición. Repetir palabras, frases, oraciones, posturas, respiraciones o actividades de forma permanente te relaja.
El tejer o anudar en el macramé, además de ser muy entretenido es un ejemplo excelente para esto, porque en el tejido se repiten los patrones y haces lo mismo una y otra vez, en especial si deseas lograr armar grandes tramas o varios ejemplares de algún diseño en particular. Por eso los efectos de sentirse relajado.
h2>Macramé como terapia para el alivio para la ansiedadA medida que avanzas en el tejido, disminuye el ritmo cardiaco y la presión arterial y los músculos se relajan. Entonces seguidamente, comienzan otros efectos secundarios, y es que no solo estamos relajados y más tranquilos, también como resultado, dejamos de estar ansiosos y es así como el cerebro tiene por fin la oportunidad de enfocarse en otras cosas. Maravilloso, qué avance ¿verdad? Ahora el cerebro se permite pensar en otras cosas, y comienza a crear otras cosas: cosas nuevas.
Realmente el macramé tiene un impacto enorme en la salud. Te conectas con el aquí y el ahora, estas de plena presencia en el tejido que estas realizando y olvidas el tiempo, estas concentrado(a) y eres uno(a) con la actividad de tejer, lo que se traduce en concentración.
Una constante en mis clases es que al principio cuando las aspirantes (y digo las aspirantes porque aún no se inscribe ningún hombre en mi clase, no porque sea una actividad exclusiva para mujeres) leen que la sesión puede ser de 4 y hasta 6 horas, les parece larga, pero cuando están ya en la clase y les digo: chicas quedan 30 minutos, vamos concluyendo la clase hoy… entonces se asombran de cómo se les fue la jornada y ni cuenta se dieron, y más aún no quieren parar.
Pero hay más… Cuando tenemos la posibilidad de palpar y sentir cosas, texturas; hay una cantidad de estímulos eléctricos que pasan por todo el cuerpo y van directamente al cerebro para que entonces el cuerpo sienta y actúe motoramente.
Experimentar con nuevos materiales y el generar texturas con el tejido, te hace sentir bien. Y por eso es que pasado un rato en la actividad de tejer, te sientes completamente placentero.
El club de macramé es un espacio para fomentar y preservar este hermoso arte. Así que si quieres unirte al club y aprender las técnicas básicas de macramé, revisa el Curso básico de macramé que tenemos disponible durante todo el año.
Soy sumamente investigativa, y realmente me encantaría saber de cualquier otro aporte que quieras dejarme a través de tu comentario.
Valoro mucho que leyeras hasta aquí.
Betzabeth González.